La presunción de inocencia es un derecho que tiene toda persona imputada, en el sentido de ser tratada como inocente mientras no exista una sentencia condenatoria en su contra.
La presunción de inocencia es un principio que se encuentra recogido desde el derecho romano pero no fue sino en el s. XVIII cuando los pensadores ilustrados comenzaron a darle sentido y contenido.
Este principio fue recogido en diversos instrumentos internacionales como la Declaracion de Derechos del Hombre y del Ciudadano, la Convención Americana de Derechos Humanos, la Declaración Universal de Derechos Humanos y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, los que provocó que varios Estados comenzaran a recoger este principio, siendo Chile uno más de ellos.
Este principio es uno de los más importante del proceso penal pero también es el que más tensión provoca cuando se impone la prisión preventiva. En efecto, ¿Cómo podemos entender que el imputado es inocente y a la vez autorizar que pueda permanecer privado de libertad sin que exista una sentencia condenatoria en su contra?
La labor del defensor será, precisamente, levantar la dictomía que existe entre la presunción de inocencia y la prisión preventiva, cuestionar los antecedentes de investigación, restarle validez a todas las pruebas inculpatorias, disminuir la credibilidad de la víctima o de los testigos, proporcionar nuevas pruebas que puedan favorecer al cliente, todo con la finalidad de buscar que la prisión preventiva se deje sin efecto o se modifique por una medica cautelar de menor intensidad, como el arresto domiciliario.